martes, 11 de julio de 2017

Hay una cosa que para mí es muy sencilla de entender: 
una mujer lesbiana es lesbiana tenga o no una relación actualmente. Una mujer que se identifique como no monógama como algo que forma parte de su identidad, es no monógama tenga una relación, dos, más o ninguna relación en ese momento.

La diferencia entre el ser y el estar, en este sentido en concreto, está en si para mí es algo coyuntural (estoy en una situación relacional no monógama, me he encontrado con esto, con este momento de mi vida, con esta relación,...), entendiendo la monogamia y la no monogamia ahí como literalmente una cuestión de números o de estructura de una relación/situación relacional, o si para mí es algo que tiene que ver con mi identidad, mi forma de ver el mundo, de entender las relaciones, de entender la monogamia como un proceso que estructura todos nuestros vínculos sociales de una manera específica, y sentir que los vivo de otra manera. La no monogamia no siempre va de romances, de relaciones sexuales, de números o de situaciones múltiples.
Yo estoy convencida de que ese mito de que para ser no monógama de verdad hay que estar involucrada 1.en relaciones románticas y 2.en más de una simultáneamente, y 3.que las feministas no monógamas promovemos esa idea de que vincularse romanticamente de forma múltiple es la forma mejor/más significativa de vincularse, yo estoy convencida de que es un mito que nos viene de fuera, es estigma interiorizado. 
(Qué es fuera es una pregunta interesante)
(Esto del estigma interiorizado tengo que pensarlo despacio)

Creo que precisamente nosotras no hemos dicho ni diremos que la no monogamia es glitter, porque en nuestras carnes lo llevamos.
Se acepta y se agradece pensarlo juntas.

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